Presta atención a los cambios de temperatura.
Mantén un buen control de plagas.
Optimiza tu espacio con cultivo vertical.
Cuida el equilibrio de nutrientes.
Evita el riego excesivo.
Realiza podas selectivas.
Cuidado con el agua dura.
Integra luces ajustables.
Utiliza estiércol bien descompuesto.
Evita el riego con agua fría.
Controla el tamaño de las plantas.
Mantén las herramientas afiladas.
Aprovecha la lluvia.
Dales soporte a tus plantas.
Evita regar por la noche.